Abandono Confiado a la Divina Providencia, El (Perfectiva 4)
San Claudio de la Colombiére, en la alborada del “siglo de las luces”, viene a enseñarnos, sencilla y magistralmente, cuál es la verdadera luz para vivir felices y en paz en este “valle de lágrimas”: el abandono confiado a la Divina Providencia.
Jamás debemos olvidar que Dios, Sapientísimo, Bondadosísimo y Misericordiosísimo, ha permitido dichos “males” únicamente para tornarlos en “bienes”, ya sea para corregirnos si somos pecadores o para purificarnos más si somos justos.
¡Si aprendiéramos a ver las cosas como Dios las ve! Comprenderíamos que el panorama de la Divina Providencia es infinitamente más amplio, más claro, más lógico, más espiritual, más trascendente, más salvífico y más santificante que nuestro lente, que es tan pequeño y tan salpicado de orgullo y vanidades.
La conformidad con las crucecitas cotidianas, el guardar los Mandamientos, la Oración perseverante, son los primeros pasos para descansar dulcemente en los Brazos de Dios. Nuestro Santo te sugerirá cómo hacer la práctica del Abandono.
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